Análisis de tejidos del tálamo auditivo de 26 personas con y sin esquizofrenia, revelaron que los niveles de esta proteína eran también mayores en pacientes con esquizofrenia, unos resultados consistentes con los anteriores.
De esta manera, demostraron que la delación de este gen propiciaba la elevación de los niveles de la proteína «receptor de dopamina D2″(DRD2) en el tálamo auditivo, lo que afectaba al normal funcionamiento de esta área cerebral.
Como evidencia adicional del papel de Drd2 en la interrupción de las señales desde el tálamo auditivo, los investigadores examinaron las neuronas de los ratones mutantes con el síndrome y ratones normales añadiendo los fármacos antipsicóticos «haloperidol» y «clozapina». Estas drogas actúan bloqueando la proteína receptora Drd2. Originalmente los impulsos nerviosos en las neuronas mutantes se redujeron en comparación con los ratones normales. Pero con la administración de los antipsicóticos se reforzaron los impulsos nerviosos en neuronas del tálamo auditivo de ratones mutantes.
Además, los investigadores encontraron que los ratones que carecían de la DGCR8 respondieron a un ruido fuerte de una manera similar a los pacientes con esquizofrenia. El tratamiento con el fármaco «haloperidol» restauró la respuesta de sobresalto normales en los animales.
La delación del gen DGCR8 propicia la elevación de los niveles de la proteína «receptora de dopamina D2″(DRD2) en el tálamo auditivoLas neuronas cuando establecen comunicación, poseen una cierta plasticidad (plasticidad sináptica), propiedad que les confiere la capacidad de modular la percepción de los estímulos del medio, tanto los que entran como los que salen. Concretamente modulan las conexiones sinápticas (entre neuronas). La plasticidad neural implica una reorganización de conexiones sinápticas en un esfuerzo por adaptarse a un ambiente cambiante.
Estas investigaciones sugieren que, al igual que la pérdida del gen DGCR8 y la consecuente alteración en la expresión de proteínas provocan cambios en las conexiones sinápticas de zonas del cerebro implicadas en el aprendizaje y la memoria, también provoca cambios que afectan a las conexiones neurales del tálamo auditivo, como la sobrexpresión de los receptores de dopamina. Este aumento de receptores DRD2 disminuye las conexiones neuronales en el tálamo auditivo y consecuentemente el flujo neuronal. Los fármacos antipsicóticos al bloquear la acción de la dopamina, de una alguna manera, revierten las consecuencias del aumento de receptores de dopamina el tálamo auditivo.
A su vez la pérdida de este gen parece que induce una pérdida en la plasticidad neuronal y consecuentemente la incapacidad para modular las conexiones sinápticas alteradas, siendo crónico el origen de las «voces». Aunque se espera que el conocimiento de la base genética de estos síntomas ayuden a encontrar fármacos antipsicóticos menos agresivos en los pacientes, o incluso en un futuro, una terapia génica que permita curar de raíz la esquizofrenia.
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